Propina una brutal paliza a un camarero de Los Narejos por pedirle que no fume

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A Manuel -nombre ficticio- aún le cuesta hablar. Las heridas que tiene en la cara le mantienen bastante «dolorido» y le obligan a economizar palabras. La rabia le sube a la garganta. Este camarero de un bar de Los Narejos (Los Alcázares) se recupera en su casa de la paliza que el domingo le propinó un cliente por recordarle la prohibición de fumar en el interior del local. «Se encendió un cigarro y le dije que se tenía que salir a la terraza», recuerda. «Dijo que él fumaba donde le daba la gana».
Esta brutal agresión se produjo el domingo en un bar de Los Narejos. Faltaba un cuarto de hora para que el reloj marcara las diez de la noche y Manuel terminase su turno. «Estaba solo en el bar y entraron tres clientes», explica. «Tenían unos 40 años, eran españoles y parecía que iban un poco 'tocados'».
Tras pedir su consumición, uno de los clientes sacó un paquete de tabaco de su bolsillo y se encendió un pitillo. Una práctica que, desde el pasado 2 de enero, prohíbe la ley antitabaco y que puede acarrear cuantiosas multas al establecimiento. «Le dije que por favor se saliese a la puerta para fumarse el cigarro y ahí empezó todo». El fumador hizo caso de la petición de Manuel y salió a la puerta del bar, mientras sus dos acompañantes continuaban dentro. A través de la ventana, sin embargo, este individuo comenzó a insultar y amenazar a Manuel. «Me decía que él fumaba donde le daba la gana, que no iba a volver a pisar el local...», recuerda la víctima que, harta ya de la conducta del cliente, le dijo que no volviera más.
Esa frase actuó como un resorte que llevó al cliente a entrar en el bar y acceder a la barra. «Me dio dos o tres puñetazos..., no sé», explica. Mientras recibía los golpes, a Manuel le dio tiempo a pulsar el mando de seguridad con que el establecimiento cuenta para alertar a la Policía. La alarma se activó y, presurosos, el agresor y sus acompañantes salieron corriendo. Antes de marcharse, sin embargo, el cliente fumador agarró uno de los taburetes de la barra y lo lanzó con rabia contra Manuel. Una de las patas del asiento impactó fuertemente en el rostro del camarero, causándole la más grave de las heridas.
Cuando la camarera que iba a relevar a Manuel llegó al local, su compañero estaba «totalmente empapado en sangre». Una ambulancia trasladó al herido al hospital de Los Arcos, donde le realizaron una primera cura. Posteriormente, Manuel fue conducido al hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, donde lo pusieron en manos de un cirujano plástico. «El taburete me había hecho un agujero entre el labio y el pómulo y han tenido que injertarme carne», explica la víctima.
Con las heridas aún por cicatrizar, Manuel acudió ayer al cuartel de la Guardia Civil para poner la denuncia. La víctima entregó a la Benemérita, además, las imágenes de la cámara de seguridad del bar en las que «se les ve perfectamente». Al cierre de esta edición, la Guardia Civil no había detenido aún al autor de la agresión. Manuel espera, sin embargo, con ayuda del vídeo, que el arresto se produzca pronto. «Espero y deseo que les localicen, porque si encima no los pillan, es como si me hubieran dado más».

Fuente: La Verdad de Murcia

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