La presentadora (para los interesados, creo que se llama Begoña Mencía), que estaría pensando en cuántos de los miles de euros recaudados por el 905 irían a parar a su salario, enseña la combinación de letras tras la que se ocultaba el bote antes siquiera de preguntársela a la espectadora.

Tiene una reacción bastante tonta: al darse cuenta se agacha toda ella, en lugar de simplemente ocultar el papel o tirarlo al suelo. La espectadora, ojo avizor, dice la combinación mostrada, a lo que la presentadora responde con un “no vale”, que por muy en contra que estemos de los call-tv, personalmente creo que es de justicia.

Lo que no es de justicia es el “Habla con producción. Esto lo arreglamos de alguna manera.”. Viva la transparencia. Lo correcto hubiera sido, con las docenas de call-tv que perpetra Llama TV y quedando unos segundos, sacar otro sobre y darle a la espectadora otra oportunidad en directo, por muy improbable que fuera el acierto. Al ver el vídeo queda un regusto amargo de “a saber cómo lo habrán arreglado éstos”…